Das Intellektuelle Argentinien und seine Beziehungen zur romanischen und germanischen Kultur.

This essay – a brief portrayal of the Argentinian society, presented in 1912 by Christfried Jakob in Berlin – provides a remarkable historiographic indication by its significative silencing of all the Argentinian intellectual attainments not owed to ideological progressive ("progressist") agents. In fact the activity, trend, and value of those neglected elements were to become encouragingly appreciated by Jakob only in his later years. It happened on the extended dialogue with his disciples that introduced him to the evolution of positivism chiefly in Italy (pointing among others to the young Giovanni Marchesini of 1902, then Giuseppe Tarozzi, then Rodolfo Mondolfo; all three acknowledged semovience or the subject's ability to start new causal series and Mondolfo's philosophy of the social praxis put the subject's activity in the center of every perceptual cognition, a "positive fact" of reality whose neurobiological reading deeply resignifies the ordinary, yet crucial clinical observation of the amnesiacs' recovery), and with those disciples participating in the Peronist decade and the values it embraced (referred to the subordination of "progress" to people's meaningful existence). This essay thus marks, in Jakob's intellectual itinerary, a station in which the Europe-centered outlook still was dominant in his observations (Article in German, versions .htm, .pdf. doc). RESUMEN: Este ensayo, breve retrato de la sociedad argentina presentado en 1912 por Christofredo Jakob en Berlín, brinda un notable dato historiográfico con su significativo silenciamiento de todo logro intelectual argentino no adeudado a los agentes ideologicamente progresistas. Sólo en sus últimos a os apreciaría Jakob de modo favorable la actividad, tendencias y valor de los elementos así puestos de lado. La mudanza tuvo lugar en el extendido diálogo con los discípulos suyos que lo introdujeron en la evolución del positivismo, especialmente del italiano (se alándole entre otros al joven Giovanni Marchesini de 1902, a Giuseppe Tarozzi y a Rodolfo Mondolfo; los tres reconocían la semoviencia y la filosofía de la praxis social de este último centra todo proceso cognoscitivo perceptual en la actividad del sujeto, un "hecho positivo" de la realidad cuya lectura neurobiológica resignifica en profundidad la observación clínica, frecuente pero crucial, del recobro de las amnesias), y con aquellos discípulos que participaron de la década peronista y las valoraciones que abrazaba (referidas a subordinar el "progreso" a la existencia con sentido de la gente). Este ensayo así marca, en el itiner