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EditorialAbstract: Hace tiempo que un grupo de profesionales nos propusimos llevar adelante una tarea que, en principio, no resultaba nada fácil, sacar a la luz una nueva revista electrónica, esta vez sobre la autopsia. Y el sue o, al fin, ha podido hacerse realidad gracias al desinteresado esfuerzo realizado por un nutrido grupo de personas (autores, revisores y editores), de diversos países y nacionalidades, que compartimos una inquietud, el intentar aprender y, a la vez, ense ar todo lo que las autopsias nos muestran, para ofrecer al resto de los profesionales, y a la administración sanitaria, una de las mejores herramientas del sistema capaz de garantizar la calidad asistencial, a la vez que instrumento docente de vanguardia y fuente inagotable de investigación, tanto epidemiológica como básica y clínica. No es nada exagerado ni extra o, pues, que algunos entusiastas de la autopsia la cataloguen como “la consulta final”, cuyo informe debiera cerrar la historia clínica en todos los pacientes fallecidos. Sin embargo, paradójicamente, la tasa de autopsia ha descendido estrepitosamente en la mayor parte de los hospitales del mundo hasta llegar a alcanzar, en algunos sitios, cifras verdaderamente “alarmantes”. únicamente aquellos Centros que han apostado por la autopsia clínica han sido capaces de mantener, e incluso incrementar, su actividad, introduciendo nuevos elementos de gestión integral, calidad en el servicio y eficiencia. La causa de esta disminución no se puede atribuir única y exclusivamente a la eclosión y desarrollo de las las tecnologías acaecido en los últimos a os. Tampoco se debe única y exclusivamente al entorno social, cultural y religioso. Ni siquiera se debe única y exclusivamente a la actitud de los médicos clínicos, que se vislumbran a menudo con todo el complejo y sofisticado arsenal diagnóstico y terapéutico. Más bien, las causas, como casi todo en medicina, son multifactoriales. Una cosa es cierta, por documentada. Las discordancias -que no siempre errores- entre los diagnósticos clínicos (premortem) y anatomopatológicos (postmortem) no han variado a lo largo de los a os, lo que apoya la idea de que la autopsia clínica sigue siendo el “estándar de oro” de la medicina actual. Ha habido algunos profesionales (por cierto, no patólogos) que han suscrito en grado extremo esta aseveración, rotulando el encabezamiento de alguna editorial de la siguiente manera: "La autopsia clínica, o seguir ignorando la verdad”. Bien es cierto que la autopsia, como todo libro complejo, es necesario "saber abrir, leer y descifrar” convenientemente. Realizar, como colofón,
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