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ARQUITECTURAS INVISIBLES / Invisible ArchitectureKeywords: arquitectura , concursos , investigación , crítica , difusión / architecture , competitions , research , criticism , coverage Abstract: RESUMEN El concurso siempre ha sido una herramienta de investigación necesitada de una puesta al día de los conocimientos: difundiendo los logros alcanzados se muestra también la exigente actualización del arquitecto de una manera integral. No todos los concursos son iguales, ni pretenden los mismos objetivos y en un gran número, desgraciadamente, han servido de camuflaje a cuestiones que van más allá de la calidad. Intereses políticos o comerciales tienden a confundir la oportunidad de la difusión con la bondad del proyecto. Sería posible enumerar numerosos concursos que en el último siglo han supuesto un avance significativo en la arquitectura; una cierta a oranza de aquellos tiempos de debate -bienales y trienales- o de otras fórmulas, como las exposiciones internaciones, que eran capaces de llevar la investigación empírica desde la práctica directa. Hoy, por el contrario, a menudo, la definición del marco de actuación del proyecto arquitectónico se define de una manera ajena a la propia arquitectura, administrativamente dominado por un proceso que prima el cumplimiento legal y técnico frente a la calidad del propio proyecto, confundiendo el medio con el fin. La crítica apunta siempre al autor; se olvidan los excelentes procedimientos que armaron a un jurado exonerado de responsabilidad de manera gratuita o ese marco legal que tanto asfixia a la arquitectura en contra del espíritu investigador que siempre debiera prevalecer.Este numero se plantea como la asimilación del concurso a un proceso de investigación paralelo a una arquitectura unida a la calidad y el progreso, una arquitectura avanzada.SUMMARY The competition has always been a research tool in need of a knowledge update: the broadcasting of achievements also demonstrates the need for an integrated update of the architect. Not all competitions are equal or set the same objectives, and, unfortunately, to a large extent, they have served as camouflage for questions that go beyond quality. Political or commercial interests tend to confuse the opportunity for promotion with the merit of the project. It would be possible to number many competitions which have supposed a significant advance in architecture in the last century; a certain nostalgia for those times of debate which, together with other similar formulas such as entries in biennials, triennials or exhibitions, were capable of making empirical research from direct practice. On the contrary, today the policy framework of the architectural project is often defined in a manner foreign to real architecture, administratively dominated by a pro
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